
Leyendo con Nicóla.
Francisco Luis Bernárdez
¿Dónde y cuándo nació y fecha de la muerte?
Nació en Buenos Aires el 5 de octubre de 1900. Era hijo de padres españoles, y a los veinte años viajó
a la patria de sus ancestros. Murió en 1978.
Información y fechas sobre Francisco Luis Bernárdez:
Vivió en España desde 1920 hasta 1924, donde leía a los poetas modernistas que lo influenciaron en
sus primeros libros.
Trabajo de periodista, allí se relacionó con algunas figuras como Ramón María del valle los hermanos
Antonio Manuel Machado entre otros.
Cuando volvió de España, Francisco Luis Bernárdez se unió al grupo de Florida, también llamado
grupo Martín Fierro, una agrupación informal de artistas de vanguardia que significó una parte
importante en la renovación literaria y estética argentina durante las décadas de 1920 y de 1930.
En 1925, Bernárdez se hizo amigo con el poco conocido (en ese entonces) Jorge Luis Borges, con
quien gustaba de recorrer los suburbios en largas caminatas.
En 1925, vio la luz su obra “Alcántara”, año en que lo galardonan con el tercer premio del concurso
literario de la Municipalidad de Buenos Aires. En esta época funda la revista “Libra”, en colaboración
con Leopoldo Marechal.
En 1928 trabajó en el diario “La nación” escribiendo para una revista llamada “Criterio”, en la que participarían literarios de renombre como G.K Chesterton, Baldomero Fernández Moreno, entre otros. Integró el grupo fundador del diario “El Mundo”
Sus primeros trabajos fueron:
Orto en 1922
Bazar en 1922
Kindergarten en 1924
Desde la publicación de “El buque” en 1935 trató temas de espiritualidad con el estilo clásico de Paul Claudel y Charles Péguy.
La ciudad sin Laura (4 estrofas y 14 versos)
Este poema contiene una rima consonante (i-a/u-ra) y sus recursos de estilo son:
Metáfora, Antítesis, Hipérbole, Hipérbaton. Y también contiene Sinalefa. Contiene 4 estrofas y 14 versos.
Poema:
Ni el tiempo que al pasar me repetía Ni el- tiem-po- que al –pa-sar- me- re-pe-ti-a (11)
que no tendría fin mi desventura que –no- ten-drí-a –fin- mi- des-ven-tu-ra (11)
será capaz con su palabra obscura se-rá –ca-paz -con –su- pa-la-bra os-cu-ra (11)
de resistir la luz de mi alegría, de- re-sis-tir- la- luz -de –mi a-le-grí-a, (11)
ni el espacio que un día y otro día
convertía distancia en amargura
me apartará de la persona pura
que se confunde con mi poesía.
Porque para el Amor que se prolonga
por encima de cada sepultura
no existe tiempo donde el sol se ponga.
Porque para el Amor omnipotente,
que todo lo transforma y transfigura,
no existe espacio que no esté presente.
Para recobrar (4 estrofas y 14 versos)
Este poema contiene una rima consonante (a-do / i-do) y sus recursos de estilo son:
Metáfora, Antítesis, Hipérbole, Hipérbaton. Y no contiene Sinalefa (en la primer estrofa). Tiene 11 sílavas métricas cada verso.
Poema:
Si para recobrar lo recobrado Si- pa-ra –re-co-brar- lo- re-co-bra-do (11)
debí perder primero lo perdido, de-bí –per-der –pri-me-ro –lo- per-di-do, (11)
si para conseguir lo conseguido si –pa-ra- con-se-guir -lo –con-se-gui-do (11)
tuve que soportar lo soportado, tu-ve –que- so-por-tar-lo –so-por-ta-do, (11)
si para estar ahora enamorado
fue menester haber estado herido,
tengo por bien sufrido lo sufrido,
tengo por bien llorado lo llorado.
Porque después de todo he comprobado
que no se goza bien de lo gozado
sino después de haberlo padecido.
Porque después de todo he comprendido
por lo que el árbol tiene de florido
vive de lo que tiene sepultado.
El destello. (4 estrofas y 14 versos)
Este poema contiene una rima consonante (e-lla/a-da) y sus recursos de estilo son:
Metáfora, Antítesis, Hipérbole, Hipérbaton. Y también contiene Sinalefa, Y no contiene Sinalefa (en la primer estrofa). Tiene 11 sílavas métricas cada verso.
Poema:
Aunque el cielo no tenga ni una estrella Aun-queel- cie-lo- no –ten-ga-niu-naes-tre-lla (11)
y en la tierra no quede casi nada, yen- la- tie-rra- no- que-de- ca-si –na-da, (11)
si un destello fugaz queda de aquella si un –des-te-llo –fu-gaz- que-da- dea-que-lla (11)
que fue maravillosa llamarada, que -fue –ma-ra-vi-llo-sa- lla-ma-ra-da, (11)
me bastará el fervor con que destella,
a pesar de su luz medio apagada,
para encontrar la suspirada huella
que conduce a la vida suspirada.
Guiado por la luz que inmortaliza,
desandaré mi noche y mi ceniza
por el camino que una vez perdí,
hasta volver a ser, en este mundo
devuelto al corazón en un segundo,
el fuego que soñé, la luz que fui.
